No puede haber un ser humano, si no
tiene sensibilidad. Foméntala. Hazla crecer en ti. Mira a tu
alrededor. Analiza lo que ves. Presta atención a las personas. Elige
un grupo variado de personas procurando que tengan aspectos bien
diferentes. Fíjate en el calzado que usan, en los adornos que llevan
o no llevan, en el cuidado de su cabello, en su indumentaria, en la
higiene que se les adivina o que se les nota, en su mirada, en la
sonrisa que muestran, si es que la muestran, en su posible
amabilidad, en su forma de andar, de hablar, de reír o de pedir.
Fíjate en todo lo que quieras de ellas y, luego, compáralo contigo.
Es posible que eso te ayude a conocer mejor el mundo y a conocerte
mejor a ti mismo o a ti misma.
Ojalá encuentres cariño en estas
operaciones. Tanto si lo encuentras como sino, no te olvides de que
un ser humano que no da cariño no actúa como un ser humano pleno.
Reparte todo lo bueno que llevas dentro entre tu gente querida,
recobra la sensación de un mundo agradable y duerme todo lo bien que
puedas. Buenas noches.
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