Los colores tiñen todo aquello sobre
lo que se posan, porque no pueden hacer otra cosa. El calor eleva la
temperatura de los cuerpos a los que llega, porque no los va a
enfriar. El agua moja los materiales permeables sobre los que cae, no
los va a secar. El ignorante, si le dejan, llena de ignorancia el
espacio que ocupa, no los va a convertir en templos de sabiduría. El
cateto, cuando le dan poder, convierte en catetos a todos los que se
dejan y jamás hará de ellos gente ilustrada. El mentiroso mentirá
allá en donde esté y jamás veremos a ninguno de ellos diciendo
verdades como puños. El inútil perderá el tiempo suyo y el de
todos los que le aguanten sin mandarlo a lugares más apropiados, que
es muy raro que un inútil haga algo de provecho. Hay que andar con
mucho cuidado por la vida, porque han encumbrado a gente que
deshumaniza todo lo que toca, que estropea el aire, el agua, el
paisaje y la alegría. Hay que procurar salvarse de ellos. Una pista:
esta gente no suele tener más que dinero. Otra: es posible que hayan
dejado alguna semilla de sus males dentro de nosotros.
Cuando hoy vayas a cerrar, toma lo
mejor de ti. Lo mejor de ti siempre tiene algo que ver con el amor.
Dedícate a ti. Quiérete un poco. Relájate hasta olvidarte de la
parte malvada del mundo. Baja los hombros. Respira hondo, con ritmo y
con suavidad. Recuerda ese momento estupendo vivido hoy, esa cara
bonita que viste, esa sonrisa que te dedicaron, esas personas a las
que quieres, también esa persona tan importante para ti, aunque la
tengas cerca. Mete la mano en el saco del amor y saca un puñado de
cariño. Extiende la palma de la mano y sopla suavemente sobre ella.
No dudes de que la nube llegará a todos y a todas y de que un
milagro hará que sientan tu cariño. Buenas noches.
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