El Sol sale para todos. Yo necesito el
Sol para que tú me veas y para verte yo a ti. Todos debemos poder
ver y ser vistos. El Sol sale para todos y es de todos. Es como el
aire, como la vida. Parece, sin embargo, que hay algunos listos que
creen tener el derecho de disfrutar más del Sol, de la vida, que los
demás. Estos acaparadores de la vida se alían con unos supuestos
seres superiores y, en nombre de ese complot, se consideran con
derecho a discriminar a quienes les parece, a tratar de mala manera a
quienes les interesa. Se olvidan pronto de que el aire es de todos,
de que el Sol es de todos, de que la vida es de todos. De entre esos
seres superiores adoran, sobre todo, a dos: a un dios y al dinero.
Para algunos, ambas cosas son la misma. El Sol sale para todos, pero
el dinero, no. El dinero ciega más que el Sol. Habría que quitarles
el dinero para que recobraran la vista.
En el umbral del sueño, te invito a
que cierres los ojos para ver con claridad en tu mente a las personas
queridas. Regálales tus mejores deseos y tu cariño. Les vendrá
bien. Los rayos de tu sol serán reconfortantes para ellas. Buenas
noches.
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