Una de las ideologías más dañinas,
más crueles y más inhumanas que se han generado sobre esta Tierra
es el neoliberalismo. Lo comenzaron a practicar en sus tiempos Ronald
Reagan y Margaret Thatcher y defendían, entre otras cosas, la
reducción del Estado a su mínima expresión y la implantación de
la iniciativa privada en todos los ámbitos de la economía. Al
neoliberalismo le interesan bastante poco las vidas concretas de los
ciudadanos. Lo importante es la economía nacional y la buena marcha
de los negocios privados. El individualismo es la consigna a seguir y
cada cual debe ser el que se las ingenie para vivir lo mejor posible.
La cultura, la igualdad o cualquier otra faceta humana, pero
improductiva, le cae muy lejos al neoliberalismo, que no tiene ojos
para eso, a menos que pueda convertirse en un negocio.
El neoliberalismo está representado en
España por el Partido Popular, dentro del cual hay defensores de un
neoliberalismo radical, como, por ejemplo, Aznar o Esperanza Aguirre.
Yo me pregunto si los votantes del PP
son también neoliberales, si saben en qué consiste el
neoliberalismo y si son conscientes de que los neoliberales en el
poder los utilizan a ellos siempre que les vienen bien para sus
negocios. Me choca que tanta gente le entregue su confianza a los
portadores de un sistema económico y político tan dañino. Es como
si existiera en una parte de la ciudadanía un deseo más o menos
inconsciente de autodestrucción.
Lo menos individualista y lo que quiere
mirar con cariño a cada una de las personas de nuestro mundo es la
nube de cada noche, llena de generosidad, de amor y de buenos deseos.
Formémosla. Buenas noches.
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