El momento histórico en el que nacimos
ya nos dejó el abanico de posibilidades vitales con una apertura
determinada. La cultura que había allí nos cerró algunas varillas.
La educación que hemos recibido posiblemente haya ocultado otras
tantas. Es muy probable que la propia experiencia vivida por cada
cual nos haya privado de unas pocas más. Creo que debemos procurar
no cerrar más el abanico y abrirlo todo lo que se pueda. La calidad
de nuestra vida depende de lo abierto que tengamos el abanico. Buenos
días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes expresar aquí tu opinión.