Me gusta ponerle título a las entradas porque de esa manera, por una parte, me obliga a sintetizar y me ayuda a clarificare la idea central de lo que quiero transmitir y, por otra, para facilitar al lector la comprensión de lo que quiero decir, con independencia de que pueda ver en el escrito otras cosas.
Me ha costado trabajo titular esta entrada. He optado por 'Lejanía' porque quizás sea el sentimiento más fuerte que me ha producido el caso.
Cometió un error, pero él no lo sabía. Ignoraba lo que tenía que saber para hacer bien lo que había hecho.
Por segunda vez irrumpió en la conversación para decir lo bien que había resultado aquello, lo que era un error, pero que él creía que era un acierto. La debilidad de su ego le exigía dar cuenta de la necesidad de quedar ante los demás como un ser listo al que el acierto le sonreía.
Antes de hacerlo, no preguntó. No suele preguntar nunca. Después de hacerlo exhibió su listeza para quien pudiera captarla y su ignorancia para quien la supiera apreciar.
Yo no dije nada porque hubiese sido inútil hacerlo. Sentí un poco de soledad, de cansancio y de lejanía. Y me di cuenta otra vez de que mi mundo no es de este reino.
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Manolo: no entiende muy bien tu post, pero creo que se refiere a los errores que solo algunos pueden captar, y que pasan desapercibidos para la mayoría.
ResponderEliminarPasa lo mismo con los aciertos y las cosas bien hechas, que a veces casi nadie las aprecia.
En cualquier caso, el personaje está en un plano muy lejano de los demás....