sábado, 3 de enero de 2009

Más madera / 9. Homosexualidad


Las Naciones Unidas están intentando aprobar una declaración para despenalizar la homosexualidad. Hasta ahora la asumen 27 países miembros, pero se desea que lo hagan al menos 60 de los 192 que actualmente forman parte de la ONU.

El texto contiene 13 párrafos, de los que el número 11 es el más importante de todos. En él se pide a los países que tomen

“las medidas necesarias, administrativas y legislativas, para garantizar que la
orientación sexual y la identidad de género no sean bajo ninguna circunstancia causa de sanción penal, en particular, ejecución, arresto o detención”

Se desprende del texto que todavía hay países en la actualidad que castigan la homosexualidad con la pena de muerte. En efecto, según la ILGA –Asociación Internacional de Gays y Lesbianas- esto ocurre en Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Irán, Mauritania, Sudán, Yemen y algunos Estados del norte de Nigeria.

Por dar una visión más completa del panorama mundial, digamos que actualmente hay 90 países que castigan las relaciones homosexuales y que las uniones de personas del mismo sexo son aceptadas sólo por 5 países en el mundo: Holanda, Bélgica, Canadá, Sudáfrica y España.

En todo este asunto está metido, lógicamente, el Estado Vaticano, que se opone a que salga adelante esta declaración porque teme una reacción en favor de las uniones entre personas del mismo sexo, porque supone que irá en contra del matrimonio tradicional y porque cree que el documento implica crear un nuevo grupo a los que ya existen como protegidos contra la discriminación, y esto parece que no lo ve bien. Sin embargo, tampoco puede ponerse radicalmente en contra del documento porque los países árabes más extremos están utilizando al Vaticano como escudo para proteger sus propias posturas. Como se ve, una postura muy evangélica, muy humana y muy clara la de los “ministros” del Señor.

Por otra parte, la ONU prepara otro documento, la Convención por los Derechos de los Minusválidos. Tampoco, al parecer, lo va a firmar el Vaticano porque no le parece aceptable que tal declaración no prohíba el aborto.
(Información extraída del diario El País, 4-12-08)
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4 comentarios:

  1. ¡Hola Manuel!
    Sé que hace tiempo que no escribo, lo siento, y también por no contestar a tu e-mail. Antes no tenía tiempo y ahora que lo tuve decidí dedicarme un poco a mi vida interior.
    ¿Cómo estás tú?
    Por lo que veo la Casa L no para de crecer y cada día está mejor decorada, te felicito por ello una mil veces, siempre admiraré este blog.
    Y ahora en cuanto a que la unión matrimonial entre homosexuales sólo esté permitida en cinco países en todo el mundo...sólo diré que no puedo entender cómo una institución como la Iglesia proclama y prohíbe al mismo tiempo el amor. No puedo creer en ellos.
    Un beso Manuel, sé feliz en 2009 y siempre.

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  2. Almu, qué alegría verte por aquí, qué sorpresa más agradable.
    Yo estoy bien. Intentando descansar, porque en esta vida que llevamos, o al menos la que llevo yo, es más fácil trabajar que descansar.
    Sabes que Casa L está abierta siempre para lo que quieras y para cuando quieras.
    Entiendo que no puedas creer en ellos. Como actitud, yo me apunto más al saber que al creer. Sobre todo cuando te invitan a creer en disparates.
    Yo también te deseo que seas muy feliz. Bueno, en realidad, te lo deseo con un matiz que tú comprenderás bien. Te deseo que seas persona, porque siendo persona, serás feliz. En cuanto no actúes como una persona, me parece que no te llegará la felicidad.
    Vuelve de vez en cuando, Almu. A mí, al menos, me gustaría saber qué ven tus ojos, y qué piensa y qué siente tu cabeza.
    Un beso fuerte.

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  3. No aguanto a este tipo de gente, que más les da lo que quiera hacer la gente con su vida? No pueden ser felices, por qué? Porque, es pecado? Que les den por culo, estoy muy cansada de la gente que tiene vidas aburridas e intenta joder las de los demás!

    FELIZ AÑO! MUAKKKKKK!!!

    Siento las palabras mal sonantes, pero no puedo evitarlo...

    Besos!

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  4. La sinrazón sigue siendo un mal común, reiterado y que nos deja con gran hartazgo a los que no la profesamos.

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