El mundo se va construyendo letra a
letra, espacio a espacio, grito a grito, paso a paso, granito a
granito, disgusto a disgusto, de alegría en alegría, de derrota en
derrota, de vida en vida y de muerte en muerte.
Posiblemente el
resultado de lo que tú pones en el mundo no lo verás, pero tendrás
la satisfacción íntima, personal, moral y vital de haber puesto algo con
la más noble intención.
Lo que nos convierte en seres humanos no es
lo que conseguimos, sino nuestra propia actitud, limpia y generosa, para conseguir lo que
queremos.
No todo el mundo está de acuerdo con esto, pero yo creo que es así.
Buenas noches.