¿Pero
hay en español palabras de origen sánscrito? Pues bastantes, por lo
que se ve.
Esa
lengua que estudiaba Melquiades en "Cien años de soledad"
y que todos hemos podido oír cantar en el famoso "Duel
of the fates"
de Star Wars,
es una lengua lejana, de allá de la India, y además antigua. Pero
sigue siendo la lengua de la liturgia en el hinduismo y el budismo.
Como el latín en la Europa medieval (o después; que Newton aún
escribió su obra en latín) ya no es una lengua hablada, aunque se
estudia en las escuelas y hay miles de indios que la hablan como
segunda lengua.
El
proverbio Dios dio
dientes, Dios dará pan,
en latín Deus dedit
dentes, Deus dabit panem,
es en sánscrito Devas
adadat datás, Devas dat dhanas.
El
sánscrito, con el latín y el griego, es pilar de la teoría
indoeuropea, pieza clave para determinar la comparación entre las
lenguas de esta familia. Se supone que hacia el II o el I milenio
a.C. oleadas de nómadas indoeuropeizaron el Norte de la India, pero
no el Sur, que nunca ha sido indoeuropeizado y que, como Euskadi
entre nosotros, ha mantenido el sustrato anterior a esa oleada
migratoria. Igual que el latín en Europa, el sánscrito evolucionó
a las distintas lenguas indias indoeuropeas actuales, a la vez que se
estudia hoy día como lengua religiosa y de cultura. Indoeuropea es,
por ejemplo, el hindi, la cuarta lengua más hablada del mundo, por
detrás de chino, español e inglés.
En
la época moderna Portugal, Inglaterra y otros europeos establecieron
contacto con la India (no olvidemos los 60 años de unificación
hispanoportuguesa, cuando ciertos territorios indios eran gobernados
desde Madrid, de Felipe II a Felipe IV). Pero el contacto más rico
es el que siempre mantuvieron los árabes en rutas comerciales que
nunca cesaron. Así que estos contactos, los antiguos, a través de
los árabes, y los modernos, son los que han aportado vocabulario que
ha entrado en nuestra lengua.
Modernas
son muchas palabras sánscritas de uso más o menos corriente hoy
día, como karma
(acción), yoga
(unión, emparentada con nuestro yugo),
asana,
chakra,
avatar,
mantra
(canto, de men,
pensar, como nuestro mente,
y tra,
instrumento), sitar,
rajá
(equivalente al latín rex,
rey) y maharajá,
nirvana,
gurú
(maestro), brahmán,
brahmanismo,
budismo,
cingalés,
lama,
tantra,
esvástica,
mandala,
ario,
Buda
(el que percibe), Kamasutra,
o el propio nombre de la lengua, sánscrito
(que significa perfeccionado).
Pero
más interesantes son muchas palabras tradicionales que entraron en
nuestra lengua, muchas de ellas, del sánscrito a la lengua persa, de
esta al árabe, y del árabe al español. Están ligadas a las rutas
comerciales y a los contactos culturales. Azúcar,
naranja,
mandarina,
lima
y limón,
cande,
alcanfor
(esta quizás de un primer origen malayo), jengibre,
anaconda,
gibón,
chacal,
mangosta,
añil
y su derivado anilina,
ópalo,
lila,
nenúfar,
nardo,
sándalo
y sandalia...
Son
tantas, y algunas tan curiosas, que merecen cierta atención en las
próximas entregas.
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