viernes, 22 de enero de 2016

Los viernes, etimologías. Palabras de origen sánscrito III



ALFEÑIQUE, con su significado figurado de persona delgada, es en origen un dulce en forma de barrita delgada llamado en árabe hispánico alfainid, que viene a través de los persas del sánscrito phanita, un derivado de los jugos de la caña de azúcar que se presentaba en forma de barritas como fideos.

MANDARINA es palabra traída por los portugueses, por el color naranja de la vestimenta de los consejeros. Eso significa el sánscrito mantari, consejero, palabra que comparte raíz indoeuropea con nuestra mente, la del pensamiento.

CARMESÍ se acuña en catalán, a partir del árabe qarmazí, que proviene del sánscrito krmi, gusano, pues de un gusanito se obtenía el tinte ese de la púrpura. Emparentado con el latín vermis, origen de bermejo, bermellón...

PALANGANA es palabra de origen incierto. Relacionada, según algunos, con patella, patera, patena, recipientes planos todos ellos, o con el ibérico palaga, artesa pequeña, pero, según otros, es palabra de origen sánscrito, quizás traída por los portugueses. En argot tiene distintos significados en ciertas zonas hispanoamericanas, fanfarrón, pedante...

CARAMBOLA es el fruto del carambolo, árbol llevado por los portugueses a América. El nombre en sánscrito es karmaranga. En portugués evoluciona a significar lío, enredo. Y de ahí pasa a significar una jugada del billar, por su complejidad.

CHINGAR. Un tema que desborda por su tremenda complejidad es el del origen de la etnia gitana y de su lengua, el caló. Hay libros y libros sobre el tema. Pero si nos acercamos a una de las hipótesis más serias, su origen hindú, es creíble que en el caló hayan llegado palabras de origen sánscrito, como camelar (kama en sánscrito es amor), cate o parné. Sánscrito, a través del caló, puede ser el origen de CHINGAR, de cingarar, pelear, aunque hay otras teorías. Chingar es, creo yo, la palabra más rica y más compleja de la lengua española. En todas las zonas se usa con uno u otro de sus variadísimos significados. Pero es en México donde se convierte en una especie de palabra mágica. Yo recomiendo ojear, o incluso leer, el precioso artículo de Octavio Paz titulado "Chingar"(basta teclear en Google "octavio paz chingar"). Octavio Paz dice que en esta palabra "hay tantos matices como entonaciones, tantos significados como sentimientos". Decía una propaganda de un partido mexicano en los 70: "Hace un chingo de años los indios éramos muy chingones, Cuauhtémoc era el gran chingón. Pero un día llegaron un chingo de gachupines y los muy hijos de la chingada hicieron mil chingaderas y nos chingaron a los indios... Y para que no te sigan chingando afíliate al Partido Tal y Tal".

Así que por hoy, en vez de adiós, os voy a decir ¡a chingar! (en el buen sentido de la palabra).


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