domingo, 17 de agosto de 2008

Hablar es autorretratarse



Dos no se pelean, si uno no quiere. Pero el que quiere queda totalmente desacreditado a los ojos del que no quiere. Esto no es que no le importe, sino que no lo suele saber el que sí quiere pelea.

Algo similar ocurre con el mentiroso. Uno de los vicios más ruinosos que hay es el de la mentira. ¿Cómo se rehabilita un mentiroso ante los ojos de aquél a quien ha mentido? ¿Cómo sabe éste que el mentiroso ahora no está mintiendo? Tampoco suele saber el mentiroso la condena que él mismo se impone con su mentira.

La guerra y la mentira son recursos de los débiles para creerse poderosos. Pero sólo lo consiguen con los que son igualmente débiles. Si lo supieran…

.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes expresar aquí tu opinión.