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Aunque yo las distinciones de género nunca me las tomo muy en serio, por respeto al lugar entré en la primera, porque en mi organismo todavía no encontré nada parecido a un conejo y sí, en cambio, algo que recuerda a los huevos, aunque, a decir verdad, la cantidad de tres me dejó pensando un rato.
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En mi opinión elejiste bien, pero creo que habría que hacer un estudio sobre la evoluciñon de los cartelitos indicadores del sexo en los baños porque cada vez son más incomprensibles. O lo ponen claro, o para mí todos son unisex.
ResponderEliminarUn beso.
ola manuel!
ResponderEliminarel otro día leí el texto que me escribiste en mi entrada de "y ahora qué" la verdad es que me gustó mucho. Gracias!!!
la verdad es que es curioso el efecto que uno puede conseguir tan sólo contando lo que te sale de dentro, de ti mismo, liberando las palabras que tienen ahí dentro que quieren relatar algo fuera.
La verdad es que los cartelitos de los baños tienen tela; una vez en unos baños tenian el cartel de una vaca y un toro....en fin.
gRacias! un abrazo!
A mí me han dejado sin palabras... si no lo veo no lo creo.
ResponderEliminarReconozco que dudé mucho a la hora de poner o no estas cosas que encontré en el bar de El Guerra. Mi duda la producía el que este bar es una Peña Carnavalesca, en donde se reúnen los que viven el año entero pensando en el Carnaval. Esta gente nunca está "en serio" ante nada, siempre está de guasa y puede que haya veces en las que no calibre bien el grosor de sus bromas. Pero es que el Carnaval es así, y mi duda me la producía el que no fueran comprendidos, sino juzgados con criterios distintos a los que se dan en el lugar. En el Carnaval no se libra nada ni nadie de pasar por el aro de la guasa, y por eso aquí cada rincón tiene su detalle de humor, sin el cual no se entendería nada de lo que ocurre en él.
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