Dos cosas quisiera destacar aquí de lo que decía ayer Juan Cruz en su blog, sin entrar en las trifulcas que se montan en los comentarios que a diario se le hacen.
Una, la admirable anécdota de la pintada que hicieron en Málaga cuando ETA cometió allí su primer atentado. La anécdota la contó Luís Carandell en su célebre Celtiberia Show, una sección de la inolvidable revista Triunfo. (Me da mucho gusto que estos tres nombres de autor, sección y revista aparezcan en este blog). La pintada decía:
La otra se refleja en la frase de Juan Cruz:
Y sin embargo, creo que la comunicación es así, sin prisas, sin pisar las frases del interlocutor, sin agobios, como si fueran dos personas las que hablan.
Pongo esta entrada para todos los que la queráis leer, pero especialmente para mis amigos los futuros periodistas.
Una, la admirable anécdota de la pintada que hicieron en Málaga cuando ETA cometió allí su primer atentado. La anécdota la contó Luís Carandell en su célebre Celtiberia Show, una sección de la inolvidable revista Triunfo. (Me da mucho gusto que estos tres nombres de autor, sección y revista aparezcan en este blog). La pintada decía:
“Vascos, qué raros zois”.¡Qué bueno sería que cada uno diera su interpretación de esta pintada! Porque cabe leerla desde la inocencia y la nobleza del que está convencido de que a bombazos no se arregla nada, o desde la candidez del que no entiende nada del problema, o desde la sorpresa del que piensa que qué tendrá que ver Málaga con el país vasco, o quizás simplemente desde la del cachondo ocurrente, o desde cualquiera sabe qué perspectiva.
La otra se refleja en la frase de Juan Cruz:
“Para contar es preciso tener paciencia, esperar a que el otro esté en silencio, y luego explicar lo que se sabe.”Los requisitos me parecen demasiados para como están hoy las mentes: paciencia, silencio, explicar y saber. Y si, encima, hablas despacio y sin alzar demasiado la voz, para que el otro pueda pensar, y te preocupas de explicarte de forma que al otro se le haga fácil la comprensión de lo que dices, el asunto se pone prácticamente imposible.
Y sin embargo, creo que la comunicación es así, sin prisas, sin pisar las frases del interlocutor, sin agobios, como si fueran dos personas las que hablan.
Pongo esta entrada para todos los que la queráis leer, pero especialmente para mis amigos los futuros periodistas.
Es cierto, Manuel. Es tan facil comunicarse, entender al interlocutor, captar y comprender que te esta diciendo... pero lo hacemos tan dificil. Queremos preguntar antes de que el otro termine de hablar, perdiendo así capacidad de atencion. Estamos intentando responder a las preguntas antes de que terminen de formulárnoslas...
ResponderEliminarCreo que es uno de los mayores problemas del mundo hoy en dia, la mala comunicacion, es decir, la mala comprension nuestra sobre los demas y de los demas sobre nosotros.
Esto sucede en el amor, en la politica, en el trabajo. Todos creemos tener la razon e intentamos ponerla sobre la mesa sin dar pie a que el otro tenga la oportunidad de abrirnos los ojos.
¡cuánto se agradece una conversacion de verdad! Será porque disfrutamos de pocas...
En cuanto a la pintada.. ¡Cuánto dicen esas cuatro palabras! El pueblo andaluz plasma así la incomprensión de una sinrazón.
Sí, Iago. Es que cada vez somos más hijos de nuestro contexto. Se nos pega la prisa, la velocidad, el deseo de sobresalir. Parece que tenemos que producir cosas hacia afuera, en lugar de pensarlas hacia adentro. Hablar más que escuchar. Es el esquema en el que se desarrolla la televisión, en donde dos ideas seguidas ya son demasiadas y en donde el ruido de varios hablando a la vez es lo habitual. Pero también es el afán de vencer sobre el otro, de quedar por encima, de aparecer como más listo o más rápido. Nada de esto vale. Todo es inútil. Todo es mierda.
ResponderEliminarQue paradógico suena esto pero que verdad, ahora que parece que estamos más comunicados, con más herramientas pero la prisa hace que no nos entendamos. Es tan lindo lo que escribís pero el sello final de que todo es inútil no lo creo así...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo,
Luisa