El problema fundamental de la vida es un problema ético.
¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano?
¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
Procuro no sentarme en una silla en
donde solo quepa yo. Prefiero sentarme en ese banco, grande y
solitario, desde donde se ve la amplitud del mar y la inmensidad del
cielo. Lo hago por si en algún momento necesitas sentarte a mi lado
y hablar.
A veces me quedo perplejo cuando
observo cómo hay personas que admiran y hasta endiosan a inútiles
que han sabido vender astutamente su imagen. Conozco a cantantes que
no cantan bien, a escritores que no saben escribir, a pensadores que
no piensan, a cocineros que no saben preparar un plato aceptable, a
locutores que no saben hablar, a políticos impresentables y que, a
pesar de todo ello, tienen una corte de acólitos que les jalean y
les encumbran a esos lugares desde donde la caída suele ser
tremenda. No se caerán nunca, pero tampoco podrán evitar que haya
media docena de perplejos contemplándolos.
Me hubiera gustado vivir otra vida,
transitar por otros caminos, ir cargado con otro equipaje, aprender
otras cosas, incluso vivir de otra manera, pero somos lo que intentamos ser, lo que la vida
nos hace ser, lo que las circunstancias nos permiten ser. No le culpo
a nada ni a nadie. Agradezco a la vida lo que soy y, sobre todo, el
convencimiento que me ha dado de que lo mejor es no mirar para
detrás, sino para adelante. Siempre para adelante.
En su momento lamentamos en
este blog la desaparición del grupo Soundstilll. Ahora triunfa su
líder, el barcelonés Enric Montefusco. La letra de esta canción es
realmente atractiva.
Me produce pena existencial y asco
antropológico que le echen a alguien en cara que sea demasiado
cariñoso con los demás. ¡Con qué facilidad se hacen algunas
personas un autorretrato usando solo palabras!