No sé si a ti te pasará. Tampoco sé
cómo llamarlos, pero a veces, me sobrevienen algo así como como
pequeños y transitorios enamoramientos. Son impresiones intensas,
que se apoderan de la mente de manera fugaz, pero penetrante, y que
excluyen la posibilidad de pensar en otra cosa durante el más o
menos breve tiempo de su duración. Pueden estar causadas estas
situaciones por una sonrisa que te llega más adentro de lo que
esperabas, o por una mirada que te muestra el alma desnuda, o por
algún detalle de belleza o de elegancia que te propulsa por un
instante a algún más allá, o por un gesto de cariño que vives
como un regalo de la vida, o, incluso, por un no sé qué o un qué
sé yo que hace que esa impresión se instale a su gusto en el alma
durante un rato. Yo creo que son signos inequívocos de una
sensibilidad proclive, pero también de que en la vida no todo es, ni
mucho menos, la miseria tan poco atractiva que se suele ver.
Buenas
noches.