La atracción sexual se basa en el deseo sexual. Este es una fuerza que se produce cuando el cerebro interpreta en clave sexual un estímulo que recibimos, que puede ser visual, un recuerdo, una fantasía o de cualquier otro tipo. Para designar el deseo sexual se suele utilizar en medicina el término libido. Hay que aclarar, primero, que es un término femenino -la libido-; y, segundo, que no es una palabra esdrújula, sino llana, puesto que procede de la palabra latina libido, que también lo es. Por tanto no se dice líbido, sino libido...
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