¿Quién va a confiar en un bulero?
¿Quién va a confiar en un creador
interesado de mentiras?
¿Quién va a confiar en quien, con una
estúpida generosidad, se hace daño a sí mismo transmitiendo gratis
burradas y disparates que favorecen a los ricos, pero no a los demás,
ni a él mismo?
¿Quién va a confiar en quien, siendo
un inútil, se cree superior a los demás y les hace daño hasta la
muerte?
¿Quién va a confiar en quien solo
entiende -o algo así- lo simple -que suele ser falso, porque todo
es complejo- y se hace eco alegremente de cualquier disparate,
habiendo ya perdido el sentido del ridículo?
Si algún improbable día este bulero,
este mentiroso o sus generosos colaboradores, se dieran cuenta de su
historial de errores y de tonterías difundidas, seguramente su odio,
acumulado y bien guardado, les impediría arrepentirse y
rehabilitarse.
En este país no solo es que no dimita
nadie con intereses particulares, sino que esta derecha cruel e inhumana es incapaz de enterarse
de lo que hacen y de arrepentirse.
¿Quién en su sano juicio puede
confiar en ellos?