PENE
Nada
voy a añadir a lo que escribí hace unos meses en estas entregas
(30-I-15) acerca del origen de la palabra pene,
de sus derivados pincel
o penicilina,
y de todos sus sinónimos más o menos coloquiales, malsonantes o
totalmente soeces: picha,
polla,
verga,
falo,
pijo,
nabo,
cola,
rabo,
chorra,
pito,
pinga,
carajo,
miembro
viril,
minga,
cipote,
etc. El tabú siempre produce multitud de sinónimos, y comicidad.
VAGINA
Sí,
ya sé que peco de convencional escribiendo en primer lugar sobre el
órgano sexual masculino y en segundo lugar sobre el femenino. Es la
costumbre del diccionario, masculino-femenino. Lo siento, prometo
luchar contra esta tendencia cultural.
Vagina
es un término culto introducido por el anatomista Vesling
en el s. XVII. El término culto latino era vulva.
Lo de vagina
aparece en un chiste obsceno de Plauto
(s.III a.C.), genial creador de un humor subido de tono, con el
sentido metafórico de vaina, funda o estuche para meter el varón su
arma. ¡Qué gracioso...! ¿Sabes?, Plauto, estás perdonado, pero
debes saber que veintitrés siglos después, si el chiste es
irrespetuoso, no tiene tanta gracia.
De
vagina
significando funda aparece en español vaina,
sin connotaciones sexuales. Un doblete. Y de vaina,
vainilla,
pequeña vaina. Vainilla
ha pasado a todas las lenguas del mundo, con el sufijo castellano
illa,
inglés vanilla,
y es una de las palabras españolas más internacionales. Otros
derivados: vainica,
envainar.
Pero
el término latino corriente era cunnus,
de donde coño,
y cunnilingus.
Habrá
pocos significados en la lengua con una variedad tan rica de
significantes; no en vano, según estudios, el hombre piensa en el
sexo cada 30 segundos. En Cuba es llamado bollo,
papaya,
tota,
chocha;
en Chile, chucha
(que
en España puede ser pene), concha,
chuchi,
cachufleta,
choro,
sapo
y zorra;
en México, bacalao,
chocho,
cuca,
coño,
mamey,
mono,
nido,
pucha
y panocha
y, el más poético, rajita
de canela;
en Colombia, cuca,
chocha,
chucha,
chimba,
arepa,
bizcocho,
sapo,
papo;
en Argentina, cachucha,
cachufla,
pochola
y cajeta,
pero el más usado es concha;
en Uruguay, concha,
cotorra,
almeja,
raja
y pepa;
en Bolivia, cocho
y otros comunes a zonas cercanas; en Costa Rica, mico;
en Puerto Rico, canoa,
chocha,
chopaipa,
chiclaica,
clítora,
coño,
crica,
gajos,
pájara,
pancha,
pandorca,
panocha,
papaya,
penca,
popola,
toto,
totín,
vaina
y vellota
(será
por el vello); en El Salvador, torta,
pupusa,
cuca,
chorcha;
en Venezuela, cuca,
cuchara,
coño,
cucón,
pepita;
en España, coño,
chocho,
conejo,
almeja,
chirla,
chichi,
mejillón,
potorro,
seta,
jeta
son los más ordinarios, en la Mancha, choto,
en Aragón, chorrete,
en Asturias, conacha,
xogo,
crica
y fandango;
y en la siempre creativa Andalucía, toto,
higo
(pronúnciese jigo), mollete,
papo,
beo,
bujero,
raja,
hoyo
(pronúnciese joyo), bacalao,
breva,
mojama,
bollo
y chumino.
En catalán, figa,
cony,
xuixo,
fall,
musclo,
pataca,
xona,
patata,
petxina,
raca,
xot.
En gallego-portugués cona,
conacho,
figo,
parrocha
(sardinilla), bacalhau.
En euskera, ematutu,
bagina,
potxin,
pottorro
(¿es potorro
de origen vasco?, se dice en toda España), alu
(que vale para insulto en general), tutu,
santumotz,
el santo pequeño.
Increíble,
me he encontrado una página en Internet sobre el judeo-español de
Salónica, el sefardí, ¡y allí (es natural) también hay argot!
Esta
entrega hace el número 75 de Los
Viernes, Etimologías,
desde su inicio el 28 de marzo de 2014. El que lo desee puede buscar
en el índice del blog la palabra Etimologías y encontrar todas las
entregas anteriores. Gracias por vuestro interés, que mantiene viva
esta sección.