Poco a poco, sin que él lo notara, el
miedo fue esculpiendo sus manías, sus vicios, sus fantasías, sus
desconfianzas, sus carencias, sus frustraciones, sus anhelos, sus
huidas religiosas, sus negaciones, sus escasas relaciones, su
insoportable estilo, su mezquindad, sus ridículos, sus absurdos, sus
empecinamientos, sus cerrazones, su no dejar vivir, sus vacíos, sus
rutinas, su pobreza, su nada. Le vendió su vida al miedo y se quedó
tan tranquilo. El miedo es el enviado de la muerte para acabar con la
vida. Intenta no tener miedo. Vence el miedo. Abraza la frescura de
la vida.
Que tengas un buen día.
Que tengas un buen día.