lunes, 23 de febrero de 2009

El salvaje urbano

Hay seres humanos que no acaban de darse cuenta de que en realidad son seres racionales. No se dan cuenta porque no son capaces de llegar a esa conclusión por sí mismos y, también, porque nadie se lo dice con suficiente claridad. Por el contrario, estos seres humanos tienden más a pensar que, en el peor de los casos, puede que hayan venido a esta vida a obedecer, a cumplir con unas normas. Pero, como no saben por qué deben cumplir esas normas, no tienen ninguna motivación para hacerlo. En este universo de ignorancia, los más débiles caen en la tentación de cumplir las normas por miedo a un castigo eterno. Los que no son tan débiles, en cambio, se sienten capaces de cumplirlas o no cumplirlas, según convenga o no a sus propios intereses. Así se va fraguando el todo vale y así va surgiendo un nuevo tipo antropomorfo que amenaza con dominar la Tierra: el salvaje urbano.

sábado, 21 de febrero de 2009

El elogio de la sombra / 2


Otro tema en el que se manifiesta la diferente sensibilidad entre occidente y oriente la muestra Tanizaki en relación con el papel.

Dicen que el papel es un invento de los chinos; sin embargo, lo único que nos inspira el papel de Occidente es la impresión de estar ante un material estrictamente utilitario, mientras que sólo hay que ver la textura de un papel de China o de Japón para sentir un calorcillo que nos reconforta el corazón. A igual blancura, la de un papel de Occidente difiere por naturaleza de un hosho o un papel blanco de China. Los rayos luminosos parecen rebotar en la superficie del papel occidental, mientras que la del hosho o del papel de China, similar a la aterciopelada superficie de la primera nieve, los absorbe blandamente. Además, nuestros papeles, agradables al tacto, se pliegan y
arrugan sin ruido, su contacto es suave y ligeramente húmedo como el de la hoja de un árbol.
El hosho es un papel japonés de alta calidad, grueso y totalmente blanco, reservado a los edictos imperiales.
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jueves, 19 de febrero de 2009

Concierto por Gaza



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Fotografxs / 6 / Henri Cartier-Bresson



Es, sin duda, uno de los grandes. Henri Cartier-Bresson (París 1908 - Cereste 2004). Pierre Assouline, uno de sus biógrafos, lo calificó como el ojo del siglo.

Fundó junto con otros grandes fotógrafos la importante Agencia Magnum. Durante veinte años se recorrió todo el mundo, siendo considerado como uno de los reporteros más importantes de su época. Fue el primer fotógrafo que expuso su obra en el Museo de Louvre, de París.

Para él, "la fotografía es, en un mismo instante, el reconocimiento simultáneo de la significación de un hecho y de la organización rigurosa de las formas, percibidas visualmente, que expresan y significan ese hecho".

Puede verse una buena muestra de su obra aquí.











También puedes verlas aquí:


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martes, 17 de febrero de 2009

El elogio de la sombra / 1


He hecho una primera aproximación a una de las dos exposiciones que, bajo el título sugerente de La sombra, ha organizado el Museo Thyssen-Bornemisza junto con la Fundación Caja Madrid.

El tema de las exposiciones me ha recordado un librito precioso, lleno de sensibilidad, escrito por el japonés Junichirõ Tanizaki (1886 – 1965) y titulado El elogio de la sombra.

Quiero incluir aquí algunas citas de este librito que muestran una estética y un sentido de la contemplación muy alejados del que solemos tener en occidente.

La primera cita habla de algo muy importante en Japón, pero con una cierta mala prensa en occidente: el de los retretes. Dice Tanizaki:

Siempre que en algún monasterio de Kyoto o de Nara me indican el camino de los retretes, construidos a la manera de antaño, semioscuros y sin embargo de una
limpieza meticulosa, experimento intensamente la extraordinaria calidad de la
arquitectura japonesa. (…)

Siempre apartados del edifico principal, están emplazados al abrigo de un bosquecillo de donde nos llega un olor a verdor y a musgo; después de haber atravesado para llegar una galería cubierta, agachado en la penumbra, bañado por la suave luz de los shōji y absorto en tus ensoñaciones, al contemplar el espectáculo del jardín que se despliega desde la ventana, experimentas una emoción imposible de describir. (…)

En verdad, tales lugares armonizan con el canto de los insectos, el gorjeo de los pájaros y las noches de luna; es el mejor lugar para gozar de la punzante melancolía de las cosas en cada una de las cuatro estaciones y los antiguos poetas de haiku han debido de encontrar en ellos innumerables temas. Por lo tanto no parece descabellado pretender que es en la construcción de los retretes donde la arquitectura japonesa ha alcanzado el colmo del refinamiento. (…)

Comparada con la actitud de los occidentales que, deliberadamente, han decidido que el lugar era sucio y ni siquiera debía mencionarse en público, la nuestra es infinitamente más sabia porque hemos penetrado ahí, en verdad, hasta la médula del refinamiento. (…)


Los inconvenientes, si hay que encontrar alguno, serían su alejamiento (…), además del peligro, en invierno, de resfriarse; no obstante si, para repetir lo que dijo Saitō Ryoku, “el refinamiento es frío”, el hecho de que en esos lugares reine un frío igual al que reina al aire libre sería un atractivo suplementario.
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lunes, 16 de febrero de 2009

Secuelas de la guerra


Te recomiendo el artículo que con el título de Psiquiatría del horror, aparecía el pasado domingo 1 de febrero en El País. Leemos en él lo siguiente:

"Las auténticas armas de destrucción masiva son las que avivan los conflictos, la pobreza y los abusos contra los derechos humanos en todo el mundo",

ha escrito Irene Khan, secretaria general de Amnistía Internacional.

El doctor Mahmud Sehwail, fundador y director del Centro de Tratamiento y Rehabilitación para Víctimas de la Tortura (TRC) de Ramallah, habla de las consecuencias de la guerra:
"Hay un programa continuo para niños. Millares de menores palestinos han
visto morir a sus amigos, presencian los bombardeos". Los niños palestinos
tienen armas de juguete; basta dirigirse con una cámara de fotos a un grupo de
críos para que posen con sus pistolas. Imagino que los niños -que juegan en
calles empapeladas con las fotos de mártires- crecen rodeados de odio, en un
ambiente propicio para que se conviertan en personas muy agresivas, tal vez en
hombres y mujeres dispuestos a inmolarse. "Yo he conocido a las familias de
suicidas", dice Mahmud Sehwail, "y en muchos casos no hay motivo religioso ni
político. La frustración y la desesperación son las verdaderas causas del
suicidio. Hace unos años me invitaron a un programa de radio. Un hombre llamó
diciendo que sus hijos presenciaron cómo un soldado israelí mató a su madre. El
hombre pidió ayuda psicológica. Un mes más tarde supimos que aquel hombre se
había volado a sí mismo en Israel, matando a varias personas. No pudo manejar
sus problemas".




domingo, 15 de febrero de 2009

Lesbianas, censura y ¿educación?

Por si acaso no ha quedado claro lo sucedido con un post anterior de este blog, quisiera exponerlo aquí de nuevo.

La Comunidad de Madrid considera que los alumnos de Secundaria no deben poder acceder desde algunos de los ordenadores de los Institutos a sitios de Internet en donde se hable, por ejemplo, de lesbianas. Al parecer, el 10% de la población es homosexual, pero la táctica educativa de esta Comunidad es procurar que los alumnos no se enteren y que miren para otro lado. Supongo que, como consecuencia, querrá también que si una alumna es lesbiana, que sufra y que no sea como es, sino como la Comunidad quiere que sea, es decir, heterosexual. Y esto, porque a la Comunidad le dé la gana.

Para conseguir este objetivo, la Comunidad de Madrid aplica unos filtros a los ordenadores. Como consecuencia de tal aplicación, cuando alguien busca una página sobre lesbianas, el ordenador se lo impide y sale un aviso de que el tema entra dentro de la 'pornografía' (sic).

Esta es la situación que promueve sin ruborizarse la Comunidad de Madrid. Lógicamente, el alumno o la alumna que quiere informarse sobre el lesbianismo, lo consigue. Y también consigue mandar a tomar vientos a los regidores de la Comunidad de Madrid y convencerse de que los responsables de estos desvaríos no alcanzan la mínima categoría que se necesita para ser considerados como seres humanos. La degradación de lo que ocurre en esta Comunidad está alcanzando ya cotas tan inhumanas y tan negativas que no sé si la situación será ya irrecuperable.
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