Una de las primeras cosas que te
enseñaron fue a leer y a escribir. ¿Por qué no lees? ¿Por qué no
escribes? Es sanísimo. Nadie, salvo tú y quien tú quieras, tiene
por qué saber ni lo que lees ni lo que escribes. Si lo haces notarás
una gran paz.
Buenos días.
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