Unos días sin leer ni escribir. Unos días como si estuviera manco, o ciego, o seco, como si tuviera que ejercer de inútil. He visto estos días más televisión que en varios años y he comprobado que está fatal, que entontece, que aburre. Por lo menos, me aburre a mí. Ha sido como si me hubieran metido a la fuerza el mes de agosto en la cabeza. Ha sido como si quisiera hacer crecer hierbas verdes y lozanas y sólo me saliera paja amarilla, ya cortada y empacada. Una nueva primavera parece que va brotando. Menos mal. Estaba ya empezando a consumirme. Me he echado de menos. Os he echado de menos. Querer ser y no poder es duro, lastimoso y castrante. Ya parece que cambia el viento.
Buenas noches. Besos y abrazos.
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