martes, 18 de marzo de 2014

Buenas noches. Libertad e independencia.



Leí esta frase de Chavela Vargas la otra noche y me quedé pensando.

"Lo supe siempre. No hay nadie que aguante la libertad ajena; a nadie le gusta vivir con una persona libre. Si eres libre, ése es el precio que tienes que pagar: la soledad.”

Es que yo creo que no es lo mismo ser libre que ser independiente. Ser libre es estar abierto a todo lo que ocurre y, contando con ello, decidir lo que uno cree mejor, aquello que uno cree más conveniente hacer. Ser independiente es actuar siguiendo sus propios criterios, sin escuchar los de los demás, sin tenerlos nunca en cuenta. Quien quiere ser independiente hace siempre lo que le da la gana, pase lo que pase y digan lo que digan. Quien quiere ser independiente rompe los lazos con los otros y se queda en soledad.

Yo no quisiera ni vivir ni, mucho menos, convivir con una persona independiente. Nunca podría contar con ella porque siempre estaría a lo suyo y rara vez a lo de los dos. En cambio, me gusta vivir y convivir con personas libres. Si alguien decide quererme y formar parte de mi vida o de mi convivencia diaria, prefiero que lo haga libremente, decidiéndolo sin que nada ni nadie le coaccione. No sabría vivir con una persona que, de alguna forma, se sintiera obligada a quererme. Me resultaría absurdo e invivible.


Creo que la soledad viene de la independencia, pero no tiene por qué venir de la libertad. ¿No lo crees tú así? Buenas noches.

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