Hoy, en esta época en la que vivimos,
no me puedo agarrar a mis ideas. Ni a la sociedad. Ni a la economía.
Ni a la política. A la ética sí, pero lamentablemente sirve de
poco para ir con ella a la realidad. Me siento perdido en un mundo
demasiado complejo, demasiado bruto, demasiado hecho a medida
inhumana, demasiado cercano y ajeno a la vez, demasiado centrado en
un hoy. El futuro no tiene unas líneas mínimamente previsibles. El
arte es una ventana que unas veces es grande y agradecida y otras
pequeña y situada demasiado alta en la pared. Las diversiones
relajan transitoriamente, pero, pasado su efecto, la realidad cruda
vuelve a ponerse delante. Mi mundo habitable es hoy mi pequeño mundo
formado por las personas a las que quiero y que me quieren. El
cariño, el amor -o como quieras llamarlo- me salvan hoy. No sabes
cómo me emociona querer a esas personas. No sabes cómo las
necesito. Buenas noches.
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