Seguramente que no merece la pena ser
excesivamente severos a la hora de juzgar la vida ni lo que nos
ocurre en la vida. Cuando peor vemos las cosas, es posible que
aparezca algo que nos haga respirar. Esta posible aparición, sin
embargo, no es fruto de una espera pasiva, sino de una búsqueda
trabajosa que pone los medios adecuados, aunque sean escasos, al
servicio de la esperanza, que se acerca a alguna persona, a algún
recuerdo, a alguna música o a algún poema que nos ayudan a subir el
escalón. Quizás ni los músicos ni los poetas ni los artistas ni los amigos ni las amigas sepan de verdad lo
que hacen ni el poder que tiene lo que hacen. Buenas noches.
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