Vivir la vida intensamente no significa
hacer cosas extravagantes ni defender posturas raras. Es más bien
hacer bien lo que se hace y emplearse a fondo en ello. Si te gusta
pensar, piensa con profundidad; si te gusta bailar, échale toda la
gracia que puedas al baile; si te gusta la fiesta, procura meterte en
ella con mucho arte, pero hasta el fondo; si prefieres que tu vida
sea cariñosa, da todo el cariño que puedas; si te gusta que las
personas de tu mundo se sientan vivas, transmíteles la intensidad de
tu vida a todas ellas. Hay algo paradójico en la vida que convendría
pensar: cuanta más generosidad se le echa a la vida, más intensa
resulta. Buenas noches.
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