Decir 'buenos días' no es, ni mucho
menos, cumplir con ningún rito que certifique una buena educación.
Dar los buenos días es querer tener un detalle cariñoso con las
personas que conocemos y que forman nuestro mundo. Es la muestra de
lo mejor que puede ofrecer el ser humano: un buen deseo, el deseo de
que el día sea bueno para la persona a la que se saluda. Creo que
hay que huir de los ritos fríos, de las costumbres heredadas sin más
y llenar de vida las pequeñas y las grandes cosas que hacemos.
Buenos días, pero de verdad y con cariño.
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