No se puede ir por la vida de cualquier
manera. No se puede vivir sin darnos cuenta de lo que estamos
viviendo. No se puede mirar el mundo con esa mirada superficial de
quien va como de puntillas por la vida. Hay que buscar la belleza, la
bondad, la sorpresa en todo que tengamos delante, desde el amanecer
pleno de poderío a la majestuosidad de la Luna, pasando por la luz
infinita del mediodía o por el apasionado atardecer. Y también en
la belleza de unos rostros, de unos cuerpos, de unos gestos, de unos
detalles imprevistos. Y en los paisajes, y en los árboles y en los
edificios y en el piar de los pájaros. Y en lo que hace la gente
buena. Y en las preguntas que te hace el arte … Si vas por la vida
y no te fijas en nada de esto, ¿de qué vives? Buenas noches.
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