He abierto la ventana, después de no
sé cuántas horas durmiendo, y he visto un Sol brillante,
espléndido, maravilloso. Me ha parecido que hoy el Sol cumplía su
función con ganas, con entusiasmo, con el deseo de hacerlo bien.
Cuando yo veo algo o a alguien que hace lo que sea con ganas, me lo
tomo como una invitación a salir de mí, a andar por el mundo con
alegría, incluso a saltar y a brincar por unos imaginarios campos de
amapolas o a flotar por los aires con una sonrisa instalada en el
rostro. Te invito a que te dejes llevar hoy por el Sol, en el caso de
que en tu paisaje haya aparecido tan bien como en el mío. Si no es
así, a ver si he tenido suerte y te he podido transmitir bien mi
sensación. Que tengas un buen día.
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