Nacemos solos.
Nacemos inútiles.
Nacemos viejos.
Morimos solos.
Morimos inútiles.
Morimos viejos.
Vivimos deseando huir de la soledad, pero ¿con quién?
Vivimos procurando dejar de ser inútiles, pero ¿para qué?
Vivimos intentando ser jóvenes, pero ¿cómo?
¡Dios mío! ¡Vaya reflexión! Breve pero intensa. Sencilla pero real.
ResponderEliminarEs para leerla, releerla mañana y seguir leyéndola cada día, para darnos cuenta de la importancia de la vida, pero también de su misterio. Pura filosofía, Manuel; de eso que vosotros hacéis tan bien.
Gracias por este recordatorio.
Bueno, pues creo que la respuesta en todos los casos es: porque existen otros hombres.
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