Esto me lo manda mi amiga P. y apareció con profusión en una estación de tren de las cercanías de Madrid.
De nuevo la desnudez. El deseo de desnudar el alma en público. Si no es posible en la televisión, al menos en un sitio concurrido en el que pueda leerlo mucha gente. No basta, al parecer, con que lo lea, en este caso, PJ. El autor necesita que lo lea todo el mundo. ¿Qué manera de entender la relación con una persona es esta? ¿Qué manera de entender la vida? Si todo está fuera ¿qué queda dentro?
De nuevo la desnudez. El deseo de desnudar el alma en público. Si no es posible en la televisión, al menos en un sitio concurrido en el que pueda leerlo mucha gente. No basta, al parecer, con que lo lea, en este caso, PJ. El autor necesita que lo lea todo el mundo. ¿Qué manera de entender la relación con una persona es esta? ¿Qué manera de entender la vida? Si todo está fuera ¿qué queda dentro?
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Puede ser, como ya dije hace tiempo en otro comentario, porque a mí estos mensajes me tocan la fibrilla, pero no veo esto como otra "desnudez del alma en público" sino más bien como un grito desesperado de alguien enamorad@ que, ante la imposibilidad de poder hablar con PJ ve como único medio para transmitirle sus sentimientos forrar toda una estación de tren.
ResponderEliminarno sé, en estos casos es bonito ponerse a imaginar qué fue lo que pasó, la cantidad de historias que pueden salir...
Es posible, David, que tengas razón. En todo caso, tú tienes alma de guionista y de esto sabes mucho.
ResponderEliminarEl anónimo anterior soy yo. Parece que esta máquina tiene prisa y se cierra antes de lo previsto.
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