Me preocupa la complejidad que está
adquiriendo la vida. Cualquier fenómeno, cualquier suceso, por
pequeño que sea, es la consecuencia de un sin fin de elementos que
se concreta en algo que nos aparece revestido con la siempre
atractiva y seductora apariencia de lo simple.
Me preocupa también la dificultad que
tenemos para pensar intentando conseguir una cierta objetividad.
Huimos de la difícil tarea de enfrentarnos con esa complejidad que
está en la naturaleza de todo y caemos en la simplificación fácil, en
el reduccionismo y en una supuesta clarividencia con las que me parece que falseamos nuestra interpretación de la realidad sin darnos cuenta de
lo que hacemos. Con frecuencia confundimos nuestros deseos con la
realidad o tomamos sólo los datos que nos gustan, prescindiendo de
los que no nos encajan. Los poderosos nos ocultan siempre
información, pero parece que nosotros no lo sabemos y que somos
capaces de verlo todo, cuando en realidad sólo nos dejan ver una
parte.
A mí me cuesta mucho trabajo
pronunciarme sobre demasiados aspectos de la realidad y, sin embargo, veo
a una multitud de bienaventurados que lo hacen con suma facilidad. Gozan de una
capacidad que yo, desgraciadamente, no poseo.
Y, a todo esto, la economía sigue
dominando el mundo, aunque nosotros estemos entretenidos hablando de
política.
Buenas noches.