Tal día como hoy de 1875 murió asesinado Pier Paolo Pasolini, autor de Poema en forma de rosa.
Tienes más información aquí sobre el autor.
El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
Tal día como hoy de 1875 murió asesinado Pier Paolo Pasolini, autor de Poema en forma de rosa.
Tienes más información aquí sobre el autor.
En mitología, es bien sabido que uno de los dioses principales del panteón nórdico escandinavo es Freya, deidad pagana cuya gran popularidad sobrevivió incluso al cristianismo, por encima de otros dioses más prominentes. La devoción por ella no decayó entre las mujeres nórdicas, pero sí es interesante comentar que estas, pese a que rendían culto a Freya, se cambiaron al cristianismo por razones que nada tienen que ver con el sincretismo.
Puedes leer completo el artículo de Mercedes Fisteus pulsando aquí.
Continuando con la serie comenzada, nos acercaremos hoy a esas “mujeres peregrinas” por los caminos compostelanos, muchas sobre todo en la Edad Media, de todas las clases sociales, aunque como referencia nos quedemos con las más grandes figuras, por la influencia que ejercieron sobre otras gentes pero también porque les podemos seguir el rastro más fácilmente. En aquellos momentos la mayoría viajaban acompañadas de sus maridos o familia; algunas, las menos, lo harán solas; y otras emprenden el viaje una vez viudas, ya liberadas de las obligaciones conyugales para ejercer su religiosidad en toda su dimensión y sin necesidad de dar explicaciones a nadie.
Puedes leer completo el artículo de Mercedes G. Rojo pulsando aquí.
Tal día como hoy de 1972 murió Ezra Pound, autor de Cantares Completos.
Tienes más información aquí sobre el autor.
Tal día como hoy de 1795 nació John Keats. autor de Poemas escogidos.
Tienes más información aquí sobre el autor .
"Anoche soñé que volvía a Manderley. Me encontraba ante la verja, pero no podía entrar, porque el camino estaba cerrado. Entonces, como todos los que sueñan, me sentí poseída de un poder sobrenatural y atravesé como un espíritu la barrera que se alzaba ante mí…”.
Así comienza una de las grandes obras maestras del cine de suspense, “Rebecca” (1940), dirigida por Alfred Hitchcock...
Puedes leer completo el artículo de María Rodríguez Velasco pulsando aquí.
Hay días aciagos, tenebrosos, en los que la luz de la mente parece haberse apagado y la rutina mortecina se ha apoderado otra vez del tiempo de la vida. No ves lo que vives ni entiendes lo que ocurre. Solo sientes que el mundo no vale nada, que el ser humano se quedó vacío una vez más y que algún refugio se hace indispensable. La creatividad quizás se cansó y se durmió en algún rincón del pasado. Te dejas comer tu tiempo por el primer charlatán que pasa vendiendo algún tópico, la ola de mediocridad salpica todo tu cuerpo y tú estás, pero no existes ni sabes que existes.
Hay también otros días luminosos, incluso con zonas de sombra serena, en donde se capta mejor el mundo y en las que la conciencia vuelve a ti. Ves entonces lo que antes estaba, pero no veías. Te vuelves a encontrar con la tristeza y con la alegría, las grandes señales de que la vida está presente. Entiendes muchos porqués que antes no eran ni ¿por qué? Descubres cómo muchos han ido influyendo en tu vida socavando el terreno bajo tus pies e intentando hundirte en la nada. Escuchas a lo lejos los violines de la orquesta de Mantovani, que se convierten en el símbolo de la vida en el paraíso, y entonces relativizas todo lo que antes ocupaba tu existencia a tu pesar, tomas conciencia de lo que vale y de lo que no, y huyes sin necesidad de quitarte de en medio, como quien está sin estar. A la vez aminoran los afectos, sufres la imposibilidad de cambiar el mundo, pero creces y te sientes más libre, más solo y más tú.