viernes, 31 de enero de 2020

Buenos días. Sensibilidad 1



La sensibilidad es una facultad pasiva, que recibe las experiencias que tenemos en la vida. 

Es necesario cuidar la sensibilidad: saber mirar, saber escuchar y, en general, tener afinados y atentos los sentidos para no desaprovechar nada de lo que aparezca en nuestra vida. 

Esta es la primera parte de nuestra formación intelectual, pero no es la única.

Buenos días.

Joost Bürgi. Hombres y Mujeres de Ciencia: El Calendario de Bautista. 31/ 1/ 2020



Un día como hoy de 1632 murió el matemático y relojero Joost Bürgi

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jueves, 30 de enero de 2020

Buenas noches. Tareas



Trabajar hoy cara al público exige la doble tarea de ejercer una profesión y de luchar contra la mala educación tan lamentablemente frecuente. Hay quienes sucumben y se queman.


Buenas noches.

Buenos días. Sonrisa



Me dijo que antes, cuando su mente era más ingenua, porque había visto poco y pensado menos, sonreía más. Su gesto habitual era el de la sonrisa. Luego la vida le fue mostrando todas sus caras y su mente fue entendiendo más cómo era la condición humana. En la misma medida en que crecía ese conocimiento, su sonrisa se fue matizando con un rictus de tristeza. Viéndome más joven que él, me pidió que, por mucha maldad que observara en el mundo, por mucho sufrimiento sin remedio del que tuviera noticia, hiciera todo el esfuerzo posible por no perder la sonrisa. 

Buenos días.

Orville Wright. Hombres y Mujeres de Ciencia: El Calendario de Bautista. 30/ 1/ 2020


Un día como hoy de 1948 murió el aviador Orville Wright

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Los jueves, músicas nuevas, Manel








MANEL es un grupo catalán de enorme éxito en los últimos años. Su último álbum ha sorprendido por su osadía, por la evolución del grupo hacia un estilo más actual. Esta canción (con sampleo de la gran Maria del Mar Bonet) da nombre al álbum.

miércoles, 29 de enero de 2020

Buenas noches. Teléfono



No soporto el teléfono. Es posible que esa sea debido a la huella que han dejado en mí larguísimos años de llamadas obligadas sin nada que decir o que contar. A esto se añade la posibilidad de interrumpir o molestar a quien llamo, de la misma manera que a veces me interrumpen a mí las llamadas. Se me cae de las manos el teléfono.

Estoy leyendo un libro muy interesante y muy entretenido. Se llama “Egos revueltos. Una memoria personal de la vida literaria”. Es de Juan Cruz, que lo publicó en 2010 y con el que ganó el XXII Premio Comillas. Es un amplio repaso de sus vivencias con escritores con los que trató. Aparecen Borges, Guillermo Cabrera Infante, Cela, Brines, Azcona, Rafael Sánchez Ferlosio y muchos más. En un capítulo dedicado al añorado periodista Javier Pradera se lee lo siguiente:

Tuvo siempre esos andares; era mejor hablar con él en su despacho; ni en los pasillos, donde siempre iba pensando en algo que no se puede interrumpir, ni por teléfono, que usa para recados, a no ser que bulla en él una pregunta, o varias, que debe consultar.

En esto del uso del teléfono es veloz, de una velocidad desconcertante: si tienes un recado para él, apréndelo rápido, y dilo bien, porque ese artilugio solo se ha hecho para cosas concretas. También Manuel Vázquez Montalbán y José Ortega Spottorno eran así: ninguno de los dos sabía despedirse, o tenían prisa, como Pradera, esa era la sensación que transmitían: estaban a otra cosa, el teléfono les quemaba en los oídos”.

Pido disculpas si soy injusto con los demás, pero, de momento, esto es lo que puedo ofrecer.

Buenas noches.

Buenos días. Estaciones



La tolerancia es la estación de salida. 
La de llegada es la igualdad. 
Buenos días.

Fritz Haber. Hombres y Mujeres de Ciencia: El Calendario de Bautista. 29/ 1/ 2020



Un día como hoy de 1934 murió el químico Fritz Haber

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martes, 28 de enero de 2020

Buenas noches. Escuchar



Hace tiempo que vengo sintiendo y diciendo esto, y protestando por ello. No soy el único, lamentablemente, porque hoy he encontrado una carta a la directora de El País en la que se habla de lo mismo: pocos escuchan, muchos interrumpen.

Cada vez resulta más complicado que alguien te escuche. Es habitual comenzar a contar algo con entusiasmo a alguien y que esa persona te interrumpa contándote otra suya. La sociedad está centrada en los deseos propios e ignora los de los demás. Y como nadie nos escucha, aprovechamos cualquier oportunidad para contar lo que necesitamos decir, aunque sea a costa de interrumpir a un familiar, compañero o amigo que, como nosotros, tiene la necesidad de contar y que le escuchen. Esto hace que las consultas de psicólogos y terapeutas estén a rebosar de gente que lo que principalmente hace es contar lo que necesita decir y que paga encantada a un profesional para que le escuche, porque esa figura ha desaparecido de su entorno cercano. Deberíamos aprender que cuando alguien nos habla hay que escuchar, si se dirige a nosotros es porque lo necesita. Y no debemos interrumpir. Lo agradecerá.

Roberto Rodríguez Vesga. Bilbao"

Buenas noches.