jueves, 30 de enero de 2020

Buenos días. Sonrisa



Me dijo que antes, cuando su mente era más ingenua, porque había visto poco y pensado menos, sonreía más. Su gesto habitual era el de la sonrisa. Luego la vida le fue mostrando todas sus caras y su mente fue entendiendo más cómo era la condición humana. En la misma medida en que crecía ese conocimiento, su sonrisa se fue matizando con un rictus de tristeza. Viéndome más joven que él, me pidió que, por mucha maldad que observara en el mundo, por mucho sufrimiento sin remedio del que tuviera noticia, hiciera todo el esfuerzo posible por no perder la sonrisa. 

Buenos días.

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