Sí, siga recortando, no se prive, pero...
Recorte la edad de jubilación. Lo de
67 años es impresentable.
Recorte el IVA. En estas
circunstancias, a más IVA, menos consumo y, por tanto, menos empleo.
Recorte el dinero que siguen teniendo
los ricos. Se nota mucho ya su protección y el cariño que les
tiene.
Recorte la amnistía fiscal. Le debería
dar vergüenza.
Recorte su dependencia de la Sra.
Merkel. Parece que goza usted con una especie de dominación.
Recorte el número de mentiras suyas y
de sus ministros. Ya lo saben hasta en el extranjero.
Recorte su opacidad. La falta de
transparencia es de débiles, pero, en su caso, hace daño.
Recorte su apoyo a la Iglesia Católica.
¿Es que le tiene miedo o cree, quizás, que España sigue siendo
católica?
Recorte los sueldos de la gente de su
partido. La desigualdad nunca es justa.
Recorte los privilegios de los
banqueros. Parece que también les tiene miedo ¿o es que les debe
algo?
Recorte en su chulería. Un poco de
humildad le haría sentirse más feliz. No vale usted tanto como
quiere hacer ver.
Recorte la distancia que le separa de
los ciudadanos. Quizás sea demasiado tarde y tenga ya que quedarse
sólo con los suyos.
Recorte el número de corruptos en su
partido. Apesta ya demasiado.
Recorte el número de parados. Parece
que vino usted a esto, pero está consiguiendo lo contrario. Y esto
ya es cosa suya.
Recorte el número de ministros. Para
lo que están haciendo bien se bastaría usted solo.
Recorte usted el número y la
intensidad de sus fobias. Racionalice y actualice su opinión y la de
su partido sobre las diversas orientaciones sexuales, sobre el
laicismo, sobre la educación de los ciudadanos, sobre la educación,
en general, sobre la sanidad, sobre lo público, que no es suyo, sino
de todos, sobre el diálogo, sobre la necesidad de debatir y de
llegar a acuerdos entre todos, que ustedes no son los únicos, sobre
el ramalazo fascista que están mostrando cada vez con más
frecuencia. Usted y su secta no son más que servidores públicos. Si
se han creído otra cosa, deberían irse ya por una cuestión de
ética.
Recórtese también usted a sí mismo.
No pretenda ser el único ser válido en la sociedad, ni el
salvapatrias, ni el enviado del Altísimo. Va a pasar usted a la
historia como el representante de los ricos, pero eso ya lo sabemos y
no es necesario que monte usted toda esta opereta de aficionado al
gobierno.
Sería muy bueno para todos un Rajoy
muy muy recortado. Y lejos.