Frente a la monotonía que nos asfixia, la música siempre llega con un mundo abierto, como una posibilidad siempre distinta, siempre nueva, siempre ahí fuera, pero viniendo hacia ti.
Frente a la debilidad de lo real, la música siempre te suministra una energía que te penetra por todos los poros, te abre un mundo nuevo y te muestra un paisaje siempre distinto.
La música es siempre superior a ti.