El sosiego desaparece en cuanto hace acto de presencia la urgencia. La paz no tiene nada que ver con el estarse quieto, sino con el hacer lo que quieres hacer, pero sin urgencia. La urgencia y el miedo son dos de las más fuertes causas de la infelicidad.
Qué razón tienes. Búscame un antídoto (con tu amistad ya cuento) para combatir las causas de todos mis males: prisa y zozobra. Salud y abrazo. Angel, la Guinda de tu corazón.
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