lunes, 13 de octubre de 2008

¿En qué consiste actuar como un ser humano? / 2

Lo tomo del blog de hoy de Juan Cruz:
...los agujeros antiguos de la intolerancia ignorante que tan arraigada
está en este país a veces abierto y a veces encerrado como un puño
mezquino.

La ignorancia. Acabo de hablar en clase del intelectualismo moral. Para actuar bien, hay que saber qué es el bien. El que actúa mal no es culpable, sino ignorante. Si supiera lo que es el bien, no actuaría mal. La ignorancia. La madre de todos los males, seguramente. Y, sin embargo, galopa con brío y toma posiciones y se adueña del mundo. Incluso es alabada. Y el ignorante se ríe del sabio.

Agujeros antiguos. La antigüedad. Otra lacra, propia de vagos vitales, que termina ligada a la ignorancia y generando sufrimiento.

Y la intolerancia. La chulería del que se cree superior, del que no se sabe igual a todos los demás, la del que, por algún capricho absurdo, opina que no debe dejar vivir a los demás como ellos quieran.

Vaya mundo.

(Le dedico esta entrada con cariño a A.S., a la que quizás le tenga que pedir disculpas. En todo caso, lo hago ahora.)

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Carajo / y 2

No está clara la etimología de carajo. En todo caso, el carajo es el nombre que se le daba en la edad media a una plataforma circular situada en lo más alto del palo mayor de los barcos veleros. Desde ella se divisaba la tierra firme u otros barcos. Cuando se quería castigar a algún marinero o, simplemente, cuando después de estar mucho tiempo en la mar se encontraba muy nervioso, se le enviaba durante algún tiempo al carajo. Era el peor destino que podía tener porque estar mucho tiempo allí arriba era muy duro. El sol durante el día, el frío de noche y los vaivenes del barco, que se sentían con mayor intensidad en ese lugar, producían unos mareos y unas náuseas tremendos. Todo ello hacía que el marireno volviera de su castigo "acarajotado", es decir, mareado, cansado, agotado, como medio ido.


Mandar al carajo equivaldría hoy a mandar lejos a alguien que no nos deja vivir, a ver si vuelve más sosegado y deja de darnos la lata.


No sé si, en lugar de chirimbolos, habría que instalar carajos en la vía pública. Porque ¿a que tú tienes varios candidatos?

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domingo, 12 de octubre de 2008

Uf

Acabo de leer, como casi todos los días, el blog de Juan Cruz, al que puedes llegar desde esta misma página. Su título, La vida en un trastero. Un tema aparentemente intrascendente, o quizás lo sea así para bastantes personas. Para mí no lo es porque a mí lo que me lleva al pasado son las cosas y me cuesta tirar aquello que ha sido importante o cotidiano en algún momento. A él parece que le pasa algo así también.

En mitad de su escrito, que, en parte, es una justificación de su decisión de no tirar nada hasta esperar a tener tiempo para revisarlo –una ingenuidad, nunca hay tiempo para esas cosas, a menos que se esté profundamente desocupado-, introduce una curiosa expresión: Uf. Es una expresión rara, de las que entretienen al semiólogo pero que intranquilizan al hablante. Yo la suelo usar, y cuando lo hago con frecuencia, me empiezo a preocupar, porque es signo de que la dificultad o la adversidad están presentes. ¿Qué significa uf? No lo sé. Lo que me resulta curioso es que la expresión no creo que tenga un significado concreto, pero, sin embargo, tiene una carga expresiva tremenda.

No sé si los que estudiáis Teoría de la comunicación o algo parecido –siempre me han gustado mucho estas cosas- tendréis algo que decir sobre este tipo de términos.

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sábado, 11 de octubre de 2008

Carajo /1

El presidente de la república de Venezuela tiene una enorme facilidad para mandar al carajo a todo aquél que no le cuadra en sus planes. Recientemente mandó al carajo a los yanquis de mierda, como se puede recordar en este vídeo









Ya antes había enviado al mismo lugar a los representantes de la burguesía internacional:







Mandar a alguien al carajo. Pero ¿qué quiere decir 'mandar a alguien al carajo'? Porque nos estamos acostumbrando a insultar por insultar, sin saber qué es exactamente lo que decimos cuando insultamos. Y así se pierde mucha calidad. Si insultas, al menos debes saber lo que dices. Si el presidente Chavez o, quizás, alguien más cercano te manda alguna vez al carajo ¿qué es lo que te está diciendo?

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viernes, 10 de octubre de 2008

Paseando por la vida / 6



Hay una alameda en Alicante en donde se ven unos espléndidos ejemplares de ficus, como el de la fotografía. El tronco, o las raíces quizás, me parece que tienen una enorme capacidad expresiva. ¿Quién no se emociona o, al menos, no se ve interpelado al contemplar este barroquismo vegetal? ¿No parece que el árbol quiere agarrarse a la tierra por todos los medios posibles? ¿No es lo que hacemos tantas veces? Agarrados a la tierra.
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jueves, 9 de octubre de 2008

miércoles, 8 de octubre de 2008

Belleza

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Hay días en los que la vida se oscurece y se enturbia y necesito entrar en contacto con algo de belleza. Me bastaría con una sonrisa, pero hay veces en las que hasta eso es difícil de encontrar. Vete tú a saber si es que le pasa también a los demás.
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martes, 7 de octubre de 2008

¿Qué quieres decir cuando dices "te quiero"? / y 8


En el amor no importa el sacrificio, lo que importa es el otro. En el Negocio lo que importa es mi beneficio, no el del otro. Por eso amor y Negocio son conceptos tan contrarios y con tan poca posibilidad de coexistir.

Un ejemplo. Los dos que se quieren tienen hambre y en el plato hay dos tajadas, una grande y otra pequeña. ¿Cuál sería la actitud propia del que ama, quedarse con la tajada grande u ofrecérsela a la otra persona? ¿Y cuál sería la del negociante egoísta, tan frecuente? Ya sé que hay posturas intermedias más realistas, como hacer dos partes iguales, pero no estoy hablando aquí de actos, sino de actitudes, y espero que lo entiendas.

Y una última cosa. El amor, como todo, es muy complejo y abarca muchísimas dimensiones, por no decir todas. Tiene sexo, discusiones, economía, familia, contratiempos, etc. Pero yo creo que debe tener inexcusablemente ternura. Me refiero al goce profundo que debe representar acariciar la mejilla de la persona amada, o sentir que tu mano queda entrelazada por otra mano que te transmite cariño, o entender el cariño que se encuentra en una mirada.

¿Qué quiero decir cuando te digo que te quiero? Pues que el centro del mundo no soy yo, sino tú, que el sentido de la vida eres tú y no yo, que si algo merece la pena eres tú y que si la felicidad es una meta en la vida, está primero tu felicidad y luego la mía.
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lunes, 6 de octubre de 2008

Paseando por la vida / 5


Como las dos anteriores fotografías, ésta está tomada también en la Plaza Mayor, de Madrid, en marzo de 2008. Lamento no recordar de qué país eran estos dos señores. Me parece que eran sudamericanos y lo que es seguro es que recaudaban fondos, seguramente para sobrevivir. Cada vez que alguien le depositaba una moneda, daban unos saltos espectaculares y sonaban los cencerros que llevaban colgando de la cintura.
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domingo, 5 de octubre de 2008

¿Qué quieres decir cuando dices "te quiero"? / 7


La actitud racional que contiene el amor se manifiesta también en lo que podríamos llamar generosidad a fondo perdido. Quizás sea lo más difícil y lo más duro del amor, pero es lo que está más en el centro del ‘te quiero’. Amar es procurar el bien de la persona amada, pero sin buscar nada a cambio de ese amor. Ni siquiera vale el buscar que ese amor sea correspondido por la otra persona. Es evidente que para que una relación amorosa funcione, la actitud de generosidad hacia el otro debe ser mutua y debe discurrir en ambos sentidos. Pero la clave está en la actitud con la que se ama. Yo te puedo querer (o, al menos, decírtelo) mucho a ti, pero para que, a cambio, me hagas la comida, me planches bien las camisas y me des placer en la cama. Y tú me puedes querer también mucho a mí para que a cambio recibas lo que a ti te interese. Aunque haya parejas que, aparentemente, funcionen bien así, me parece que eso no es amor, sino más bien un negocio y un intercambio de intereses más o menos satisfechos. No creo que así se pueda dar la alegría ni el crecimiento como persona ni las ganas de vivir. Yo creo que en una sociedad en donde todo está convertido en mercancía, esto hay que pensarlo y tenerlo muy presente. El amor lo entiendo como un te doy y punto, a fondo perdido. Y tú, si quieres, me das, pero también a fondo perdido.