domingo, 5 de octubre de 2008

¿Qué quieres decir cuando dices "te quiero"? / 7


La actitud racional que contiene el amor se manifiesta también en lo que podríamos llamar generosidad a fondo perdido. Quizás sea lo más difícil y lo más duro del amor, pero es lo que está más en el centro del ‘te quiero’. Amar es procurar el bien de la persona amada, pero sin buscar nada a cambio de ese amor. Ni siquiera vale el buscar que ese amor sea correspondido por la otra persona. Es evidente que para que una relación amorosa funcione, la actitud de generosidad hacia el otro debe ser mutua y debe discurrir en ambos sentidos. Pero la clave está en la actitud con la que se ama. Yo te puedo querer (o, al menos, decírtelo) mucho a ti, pero para que, a cambio, me hagas la comida, me planches bien las camisas y me des placer en la cama. Y tú me puedes querer también mucho a mí para que a cambio recibas lo que a ti te interese. Aunque haya parejas que, aparentemente, funcionen bien así, me parece que eso no es amor, sino más bien un negocio y un intercambio de intereses más o menos satisfechos. No creo que así se pueda dar la alegría ni el crecimiento como persona ni las ganas de vivir. Yo creo que en una sociedad en donde todo está convertido en mercancía, esto hay que pensarlo y tenerlo muy presente. El amor lo entiendo como un te doy y punto, a fondo perdido. Y tú, si quieres, me das, pero también a fondo perdido.

8 comentarios:

  1. Y quien entiende eso hoy en día? Muy poca gente...

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  2. No lo sé. No sé si habrá mucha o poca gente que entienda el amor así. Nunca me he preocupado de contarlos. Lo importante es que cada uno sea responsable de sus pensamientos y de su manera de tratar a los demás y que sea consecuente con ellos. Cada uno debe decidir lo que le parece bien, lo que le convence, con independencia del número de personas que decidan lo mismo que él. Vivir no es apuntarse a un equipo, es inventarse el juego.

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  3. ESO NO ES AMOR!!!
    Yo estaba con mi novio porque me gustaba y porque le quería, no por lo que mecomprase, ni porque me limpiase en casa, ni por nada, era un amor incondicional( has visto que memoria e Manuel).
    Yo estba con el por el sentimiento que sentía, no por lo que me aportase, y espero que el estuviese en la misma situación que yo... Porque si no...
    Mil besos a todos.
    La enganchadísima al blog(LAURA)

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  4. Estoy de acuerdo con vosotros. Por lo menos, yo siempre he pensado en el amor como algo incondicional, pues eso, sin condiciones de ningún tipo. Desde la sinceridad. Lo aplico, sobre todo, al amor familiar y al de los amigos. Con el amor de pareja, sin embargo, siempre surge esa necesidad intensa de sentirse correspondido, pero supongo que eso tiene algo que ver con el orgullo, con el amor propio y con las ganas de darse al otro en cuerpo y alma -pero con independencia, eso sí ;)-.
    Feliz domingo de descanso.

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  5. En este asunto yo siempre hablo de actitudes, no de actos.

    De todas formas, me parece que si hay algo a la vez sencillo y complicado de vivir, eso es el amor.

    Por cierto, Falsirego, no he entendido muy bien la última parte de tu comentario: Feliz domingo ¿de qué? :-)

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  6. Hay que entender el amor como eso, como la voluntad de querer dar todo a la persona que amas sin querer recibir nada a cambio, solo por que quieres lo mejor para esa persona y por que la quieres tanto que esos actos de generosidad a fondo perdido salen solos...
    De la otra forma el amor solo queda convertido en una especie de contrato, algo que cada día veo más en todos los sitios.
    Un abrazo Manuel, sigues que haga enganchado a tu blog, ¡qué bueno!

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  7. Creo que el amor, o el modo de amar, se va aprendiendo con los años, y que es en la madurez cuando aprendemos a amar. Lo mismo ocurre con el aprendizaje de uno mismo, que se va haciendo con el tiempo y los fracasos.

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  8. Muy de acuerdo contigo, Charo. El amor -y todo- se va aprendiendo. Eso es propio de una persona joven, con independencia de los años que se tengan. Siempre aprendiendo. El viejo ya no quiere aprender. Y para aprender hay que remover lo que hay. José Luis Sampedro dice que la pedagogía es amor y provocación. Sin amor no se aprende. Y sin provocar no se ponen en duda las ideas, para cambiarlas o para confirmarlas. En esas estamos.
    Me voy a Come En Casa, que es buen sitio y se anuncia algo de Cádiz.

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