Me gusta oír a los artistas que hablan
poco y dicen mucho. Es más, hay veces en las que lo necesito
vitalmente. Ayer, desafortunadamente, tuve que escuchar a una señora
que parecía artista, pero que hablaba mucho y no decía nada. La
decepción se agrandó demasiado cuando tuve luego que soportar un
viaje en taxi oyendo el retumbe monótono, cansino, ruidoso y basto
de una emisora llamada Loca FM. No fue muy afortunada la tarde.
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