Aunque en cada lugar del mundo se
celebra -si se puede- en una fecha distinta, hoy es el Día
Internacional del Orgullo LGTBI (lesbianas, gays, transexuales,
bisexuales e intersexuales).
Este día pretende, por una parte,
hacer visible la diversidad sexual de las personas, tanto en su
identidad como en su orientación y en su manifestación, y, por
otra, celebrar la libertad, para que cada uno haga con su
propia vida lo que crea oportuno, y la igualdad de derechos
que todos tenemos, con independencia de cualquier elemento de tipo
sexual.
Hasta hace poco, el gran valor que se
aplicaba al fenómeno real de la diversidad sexual de las personas
era el de la 'tolerancia'.
Decían los heterosexuales más concienciados -o más pragmáticos-
que había que 'tolerar' otras opciones y otros comportamientos
distintos a los suyos.
Esta
idea de tolerancia creo que hoy hay que desterrarla. La tolerancia,
en nuestras sociedades modernas, comienza a tener sentido desde que
en el siglo XVII, John Locke,
en su Carta sobre la tolerancia,
propone 'permitir'
lo que no tiene otro remedio que aceptarse, por la fuerza que ha
tomado en la sociedad, aunque no se esté de acuerdo con ello. Los
que toleran, quienes permiten, son los integrantes del grupo
dominante, que, ante la imposibilidad de luchar con éxito contra los
que son diferentes, terminan aceptando su existencia, tolerándolos.
Esta tolerancia es un concepto que, aunque fue eficaz en su tiempo,
hoy lo vemos como verticalista, concesivo, como si hubiese un grupo
que detentase la verdad única y que le hiciera la concesión a los
demás de poder existir de manera diferente.
Hoy
nadie tiene por qué 'tolerar' a nadie que exista como lo considere
oportuno. ¿Quién y en nombre de qué puede hoy tolerar que una
persona pueda ser, por ejemplo, homosexual o no? ¿Quien, de manera
justificada, puede hoy autoconsiderarse como quien tiene poder para
imponer o permitir a los demás orientaciones o comportamientos
sexuales determinados? ¿Quién puede estar tan profundamente
confundido como para creer que posee en su mente la única verdad
posible?
Hoy
no hay que tolerar nada, sino luchar por la igualdad real, por las
igualdades. La tolerancia se ejerce desde arriba y se aplica a los de
abajo. La igualdad se lucha desde abajo y se busca para todos. Ojalá
este Día del Orgullo sea un día de libertad, de igualdad y de
felicidad para todos y para todas.
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