Es muy difícil hablar. Es complicada
la comunicación. A veces se dicen cosas en un lugar poco adecuado o
en un momento que resulta inoportuno. En ocasiones no nos explicamos
bien y en otras no somos bien entendidos. Nuestros prejuicios o los
de nuestros oyentes influyen en nuestro mensaje. Traducir un mensaje
en palabras entendibles no siempre es fácil. Lo que uno sabe y le
ayuda a expresar un mensaje no siempre coincide con lo que sabe el
oyente, con lo cual entiende de otra manera lo que tú quieres decir.
A veces es uno mismo el que no conoce lo que el oyente sí sabe y eso
le hace emitir mensajes equivocados. Leer y comprender lo que se lee
es una asignatura que tenemos pendiente y que exige calma, tiempo y
un cierto hábito que no siempre tenemos. A esto se une la costumbre
tan extendida de emitir juicios en lugar de preguntar. No es mejor
quedarse callados, pero hay veces que entran ganas de hacerlo.
Buenas
noches.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes expresar aquí tu opinión.