Hoy se ha levantado de la cama un ser
único. Ese ser insustituible tiene hoy veinticuatro horas para
vivir. Ni una más. Tiene que llenar el día de vivencias que le
hagan sentirse un ser humano. Debe convencerse de que vivir tiene
sentido y de que es una gozada estar en el mundo. Ese ser, destinado
a las más grandes tareas, tiene, además, que hacer algo por la
gente que le rodea: escuchar, hablar, dar cariño, ayudar, dejar
vivir o sonreír. No tiene otro día para hacerlo, porque mañana
será otro día, pero no hoy. Ese ser tiene esa enorme tarea hoy por
delante, la de vivir, la de vivir bien, como un ser humano. Ese ser
eres tú. Y hoy es un día único. Suerte. Ánimo. Buenos días.
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