miércoles, 25 de septiembre de 2013

Buenas noches. El modelo divino




En esta gran obra de teatro que es el mundo no hay papel que esté peor diseñado que el de los dioses, el del dios de cada cual.

Los dioses crearon, según dicen, todo este escenario en el que estamos, pero, vistos los resultados, parece que lo hicieron de cualquier manera y como a la ligera. Algunos de los seres creados, posiblemente en espera de alguna prebenda, dijeron una vez que eran dioses buenos, y es verdad que, si creemos lo que dicen los papeles, hubo una época en la que bajaban a este mundo cruel y le cantaban las cuarenta o le cortaban de un tajo el cuello a cualquier ladrón, asesino, cretino, lentejero o traficante de maldades que se encontraban por allí. Pero llegó un momento en el que parece que se cansaron y ahora permanecen impasibles ocurra lo que ocurra, aparezca la maldad o no lo haga. Durante siglos, muchas criaturas, incluso los representantes oficiales de estos dioses, han maltratado a las mujeres, a los sabios, a los demócratas, a los pobres y a los adversarios, pero sus divinidades lo han tolerado todo sin rechistar.

Y es que los dioses, salvo algunas escasas, aunque espectaculares, apariciones posteriores, se fueron pronto de vacaciones y aún no han vuelto. Muchos humanos se han dado cuenta de que esto de los dioses tenía aspecto de ser más bien una gran estafa mundial y se han olvidado de ellos. Otros, más temerosos y más dados a la creencia fácil que al laborioso saber, aún albergan la esperanza de que aparezcan algún día, aunque tampoco dé la impresión de que tengan claro para qué.

Lo peor de todo es que cada vez a más personas les gusta esto de las vacaciones largas, del no hacer nada, aunque se caiga el mundo a pedazos, de la insensibilidad profunda mientras se esfuma la vida y el futuro. Ni se les ve ni se cuenta con ellas para nada. Han copiado espléndidamente el modelo divino.

Buenas noches.


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