Hay un lugar dentro de ti en el que
confluyen tus actitudes, tus ideas, tus deseos y tus valores. Ese
lugar es la mente, aunque los malabaristas del lenguaje le llaman el
alma, el espíritu o algo por el estilo.
En ese lugar hay una fuente de la que
manan tus palabras, tus gestos, tus sonrisas, tus actos, tus amores,
tus odios y tus indiferencias.
En toda tu trayectoria hasta
convertirte en un ser humano, lo único que tienes que hacer es
procurar que todo lo que salga de ese manantial sea limpio, generoso,
solidario, bueno y, a ser posible, bello. Buenas noches.
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