No hace todavía mucho tiempo abundaban
las personas que consideraban la Biblia como el criterio al que
recurrir para admitir o rechazar cualquier cosa que pudiera ocurrir
en la vida. Si venía en la Biblia, era bueno o era verdad, aunque
fuera un disparate. Tomaban la Biblia como un libro de ciencia, en
lugar de considerarlo como un libro religioso, que es lo que es.
Quienes así pensaban, tragaban ruedas de molino, como que el dios
hiciera aparecer la luz el primer día de la Creación y, en cambio,
hasta el cuarto no creara el Sol; o que fuera el Sol el que se
moviera, en lugar de hacerlo la Tierra. ¡Cuántas vidas costaron
estos disparates generados por una educación tan poco racional!
Buenas noches. (Continuará)