viernes, 17 de febrero de 2012

¿Quién soy yo?


Miro dentro de mí y observo que hay más de un yo.  Puedo ser:

El yo que soy realmente.

El yo que me gustaría ser.

El yo que me gustaría que tú creyeras que soy.

El yo que espero llegar a ser.

El yo que soy sin quererlo.

El yo que tú ves en mí.

El yo que creo que tú ves en mí.

¿Cuál de estos yos soy yo?


jueves, 16 de febrero de 2012

Huyeron



De repente, insospechadamente, comenzaron a irse. Nadie dio ninguna explicación. Es posible que hubiesen perdido el interés, o que tuvieran intereses contrarios, o que se aburrieran, o que sucumbieran a sus contradicciones internas, o que la idea que tenían de sí mismos no les permitiera estar más que solos, o que sus complejos les vencieran, o que los miedos pudieran con ellos. El caso es que se fueron quedando sólo los más nobles, los que venían a aportar algo sin pedir nada a cambio. Al final éramos pocos.

miércoles, 15 de febrero de 2012

De izquierdas



Lo vi un día, hace ya algún tiempo. Siempre dijo que era de izquierdas, de no sé bien qué izquierda. En nombre de esa izquierda, frenó todos los proyectos que encontró que favorecían a los más necesitados. En nombre de esa izquierda hablaba y hablaba y hablaba contra todo y contra todos, salvo contra sus amigos. En nombre de esa izquierda no supo ver qué es lo que significaba realmente ser de izquierdas. En nombre de esa izquierda le hizo todo el juego posible a la derecha. Lo volví a ver un día y estaba comprando El Mundo.

martes, 14 de febrero de 2012

La palabra





El ser humano puede llegar a ser humano gracias a la palabra. La palabra permite el saber, la comunicación del saber y el aprendizaje. Y el saber que nos proporciona la palabra nos da un cierto grado de seguridad, tan necesaria para poder vivir humanamente.

La palabra nos permite pensar, dialogar, criticar y decidir cuáles deben ser nuestras acciones. Sin la palabra, nuestro criterio de acción sería la fuerza bruta. Con la palabra surge la ética, el conjunto de argumentos por los que preferimos hacer una cosa, porque creemos que es mejor, y no otra. Somos lo que hacemos y las palabras, no sólo en el campo del saber, sino también en el de la actuación, nos ayudan a convertirnos en seres humanos.

La palabra nos humaniza. Cuando reconocemos la humanidad de la otra persona, le dirigimos la palabra. En cambio, cuando no vemos ningún rastro de humanidad en el otro, cuando no reconocemos su actuación como la de un ser humano, cuando nos damos cuenta de que ha perdido su dignidad, le retiramos la palabra. Este es el acto de mayor carga simbólica negativa que puede realizar un ser humano. Sólo le he retirado la palabra a una persona en mi vida. Lo tuve que hacer en legítima defensa. Y aún me duele.

lunes, 13 de febrero de 2012

Enamorarse en internet



Me dijiste que te habías enamorado por internet y te contesté que nunca cometieras tan grave error. No puedes perder de vista que las relaciones en la vida real no son iguales que las que tienen lugar en el mundo virtual, el mundo de internet. En la vida real un yo se relaciona con un tú al que se le ven los gestos, la mirada, la sonrisa, del que conoces sus olores, su forma de moverse, su manera de ser cuando no pasa nada y cuando pasa y tantos aspectos físicos tan importantes. Nada de esto lo vives en internet. La persona concreta con la que yo me relaciono en internet en realidad no existe. Es una creación mía. A partir de unos datos que yo he leído en la Red, yo me imagino a alguien a quien le asocio esos datos, pero no debo olvidar que esa persona no es más que fruto de mi imaginación. Para ello, para inventarme a esa persona, yo mezclo lo que leo, lo que veo, pero también lo que necesito, lo que me gustaría encontrar, lo que creo que significa lo que esa persona dice. El tú con el que yo me relaciono es una construcción mental mía que no tiene por qué corresponderse con nadie en la realidad. A ese tú imaginario yo le puedo mostrar mis afectos, puedo mostrarle cierta confianza, puedo dialogar con él y puedo esperar de él ciertos detalles y ciertos comportamientos, pero nunca puedo tratarlo como si existiera en la realidad. Creo que deberías pensarte bien esto, incluso si te enamoras en la vida real.

domingo, 12 de febrero de 2012

Provocan



Una de las características de la actitud de derechas, tenga las siglas que tenga, es la de preferir el uso de la fuerza en lugar de la razón o de la palabra. No suelen desear convencer, sino simplemente, vencer. No intentan dialogar, sino imponer. No escuchan, sino que hablan. No miran por los otros, sino sólo por sí mismos. Ni siquiera se miran entre ellos, por lo que siempre terminan enfurecidos los unos con los otros, como aguirres y gallardones, como guindos y montoros, como aznares y rajoys. No miran las consecuencias de sus actos en el futuro, sino sólo los intereses en el presente.

Lo que consiguen con esta actitud tan prepotente, tan chulesca, tan de poderío impositivo, es provocar. Provocan a los profesores, provocan al 15 M, provocan a los trabajadores, provocan a los profesionales de la medicina, provocan a los bomberos, provocan a los funcionarios, provocan a los ciudadanos. Es la gran esperanza que nos queda, que, a fuerza de provocar y provocar, la ciudadanía despierte, que despierte la izquierda y forme un grupo común y que la marcha del país vuelva a girar 180º y se cree un mundo en el que quepan todos los que tengan buena voluntad.

Mayer Hawthorne


sábado, 11 de febrero de 2012

La tarde

El estado apacible del duermevela. La modorra de la siesta. Los mecanismos que te separan de la vida un tanto bajos, afortunadamente. Los sentimientos a flor de piel. La ternura que te llama. Los deseos. El poder de la música. La luz del sosiego. Los colores de la felicidad. Y el mundo hecho una mierda.

Ana Belén y Joan Manuel Serrat: A los hombres que amé