Creo que hay que compartirlo casi todo.
Las cosas materiales hay que compartirlas porque hay una necesidad
real y palpable que lo exige. No existe ese tipo de necesidad en el
caso de la belleza, pero sí otra clase de necesidad, quizás más
espiritual, pero no menos fuerte, más placentera, aunque no menos
urgente que me impulsa a compartirla. Creo que tanto bien se puede
hacer compartiendo la comida que haciéndolo con la belleza. Me
refiero a la belleza que encontramos por ahí, pero también a la
tuya y a la que yo pueda tener. ¿Qué sentido tiene una vida en la
que se oculta la belleza?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes expresar aquí tu opinión.