Hay dos grandes poderes en el mundo: el
dinero y la conciencia. La conciencia puede dominar el dinero, puede
comprarlo y venderlo e, incluso, prescindir de él. El dinero, en
cambio, no siempre puede dominar la conciencia, aunque muchas veces
lo consigue. Ciertamente, la lucha más eficaz contra el poder del
dinero, contra los estragos del dinero, contra las injusticias del
dinero, contra las desigualdades del dinero, contra la crueldad del
dinero sólo se da a través de la conciencia. Por eso es más
difícil tener conciencia que tener dinero.
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